Una educación en tiempo de COVID-19

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Jefferson Llumiquinga Fotografía: Jefferson Llumiquinga

Recuerdo que el inicio del año del 2020 fue tranquilo, todo lo que hacía era trabajar y estudiar. Sé que es muy difícil realizar ambas actividades al mismo tiempo, pero encontraba la manera de distribuir mi tiempo para ser más eficiente en las dos actividades.

Me propuse como meta del año 2020 subir mis calificaciones aún más, porque me considero un estudiante regular y quería calificaciones mucho más altas. Otra de mis metas era entrenar y bajar de peso, creo que es una meta que todos nos ponemos al iniciar un año y el año 2020 no sería la excepción para fijarme metas que subirían mi autoestima. Todas, absolutamente todas las personas se fijan metas que obvio en la mayoría de veces no las cumplimos, pero me veía convencido de que podría lograrlo.

Al llegar febrero iniciaban las matriculas en mi universidad y estaba más que convencido de subir mi promedio y llegar a ser mejor estudiante. Como todo buen periodista o bueno, futuro periodista estaba al tanto de las noticias mundiales y recuerdo que una de ellas era el brote de un virus que nació en Wuhan China, no le tomé mucha importancia, era una de las noticias que no salía de lo común por que a diario se crean nuevas enfermedades y además estaba centrado en los procesos de la universidad. Días después se empeoró la situación en China y este virus llego al grado de ser una noticia mundial por que en la ciudad de origen del virus se confinó y la gente y empezó una cuarentena masiva. Yo pensé “Acá a mi lindo Ecuador no ha de llegar ese famoso virus, además, aquí somos diferentes y eso no va a causar mayores estragos, así que me concentré en los papeleos de la U.

Poco después la situación en Latinoamérica estaba comprometida con ese virus al que llamaban Covid-19 y surge el primer caso en Ecuador que fue traído desde España por una anciana de 71 años, y pensé, “Esto se alió de las manos” y las noticias de los medios nacionales empezaron a transmitir todo lo que puede suceder si no nos confinamos y nos cuidamos. Al pasar los días en Ecuador la situación empeoró de una manera titánica y los contagiados eran de muchos miles y seguirían en aumento, entonces escuché en el noticiero que debíamos confinarnos y no salir para no contagiarnos. Todo esto ocasionó muchos problemas porque el sistema de salud del país es un asco y ni hablar de la educación por que ese sistema educativo tampoco estaba preparado para esta pandemia.

Transcurrieron los meses y seguíamos confinados, es entonces las autoridades de la Universidad empezaron a planificar y a construir un sistema de clases virtuales y eh ahí el gran dilema. ¿Cómo diablos iba a recibir clases en mi propia casa?, y me llené de pensamientos absurdos e incoherentes sin saber ni asimilar bien cual es mi realidad en esta pandemia. Mi papel como estudiante virtual tenía que ser impecable y definitivamente tendría mucho tiempo más para realizar tareas porque como recordarán estábamos confinados y mi trabajo ya lo había perdido por la pandemia. Entonces, inició en un abrir y cerrar de ojos el nuevo ciclo académico virtual, al principio me preocupaba mucho como sería la dinámica, pero poco a poco le fui cogiendo ritmo y ya no se me hizo muy complicado recibir clases y cumplir con las tareas.

Día tras día me esforzaba por cumplir con todo lo de la universidad, pero los problemas familiares y económicos se hacían presentes en esta etapa, en lo económico por que la conexión a internet se dificultaba por el pago del servicio y me preocupaba pensar que algún momento me iba a quedar sin conexión a internet y no podría cumplir con los deberes, sin embargo, los profesores fueron muy comprensibles y flexibles y de alguna manera podría cumplir con las tareas y obtendría mis calificaciones. Tuve que realizar algunos cambios abruptos en mi vida y tuve que dar prioridad a la conexión a internet y a la universidad si querría graduarme y aprobar este ciclo virtual.

Al transcurrir un tiempo las noticias en los medios nacionales eran de película, los muertos por las calles botados y los contagiados seguían ascendiendo, todo este bombardeo de información en un confinamiento nos llena de negatividad y nos pone ansiosos y deprimidos, entonces llegó el momento de apagar la televisión y de escuchar radio y así ir cambiando de rutinas para no seguir expuestos a este bombardeo de información que nos causaba daño psicológico.

Sin pensarlo, ya transcurrieron cuatro meses y el confinamiento cambio y se podía salir en horas específicas, pero con un toque de queda fatal, se daba prioridad a la alimentación, educación y otras cosas y seguía sin trabajo, pero en la universidad, el primer ciclo virtual todo estaba yendo bien y me sentía orgulloso de las notas que obtuve a lo largo del ciclo porque estaba cumpliendo con la meta propuesta al iniciar el año 2020.

Encontré un ritmo adecuado para realizar tareas y estar atento en clases, puedo decir que mis maestros fueron los protagonistas de esta pandemia, porque sin importar las circunstancias, ellos continuaron impartiendo sus conocimientos. Las clases día a día se hicieron mis favoritas, interactuar virtualmente en clases es una de las cosas que más me ha gustado de esta pandemia. Ya voy al tercer ciclo virtual y me he empeñado por realizar mis tareas de la mejor manera. No me quejo de mis profesores, pero si hay siempre uno que nos sobre carga de tareas, pero rescato que de esas tareas prácticas he aprendido mucho y me he convertido en un estudiante autodidacta que investiga más ahora que cuando tenía clases presenciales. Fue una ventaja esta dinámica de clases virtuales, yo he aprovechado mucho del tiempo libre que tenía para realizar mis tareas de la mejor manera posible y quiero agregar que sigo cumpliendo con la meta que me he propuesto al iniciar el 2020.

Ya ha pasado mucho tiempo y ya se cumplió un año de la pandemia, la situación ha cambiado mucho, debemos usar en todo momento mascarilla, gel antiséptico y alcohol para desinfectarnos a cada instante. Recupere mi trabajo y ahora tengo menos tiempo para la universidad, pero se que este reto lo puedo superar, como lo he dicho siempre voy a ser un estudiante que acepte desafíos y en esta ocasión sé que voy a cumplir mi meta que es graduarme y ser un profesional en la comunicación social.

Los ciclos virtuales que me ha obligado a cursar esta pandemia, lo miro siempre por el lado positivo por que me ha enseñado muchas cosas que no sabía, de las que yo como estudiante era capaz. Estoy a puertas de graduarme y solo espero que la incorporación sea presencial y poder ver a mis compañeros de carrera y a mis profesores de la universidad en el tan anhelado sueño de la graduación que todo estudiante tiene cuando empieza su carrera universitaria.

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